viernes, 15 de agosto de 2014

ALAMÍN, UN PUEBLO FANTASMA



Entrada al Alamín, desde la calle de  Nuestra Señora de las Angustias.  foto de David Rodriguez

   Muchas historias rondan sobre el porqué del abandono de este pueblo a los pies de la ribera del rio Alberche, rico en tierras de cultivo, con amplias llanuras donde pastar el ganado y bien comunicado con la capital. Dice la leyenda que un día un pastor condujo el ganado hasta el monte y por la mañana aparecieron todos muertos, las ovejas, el pastor hasta el perro de guía. Fallecieron en la misma finca en que vivían. El terror se expandió rápidamente por todo el pueblo y los habitantes del Alamín huyeron.  También circula la historia de que el cura se ahorco en la iglesia y que las monjas del convento y gentes del lugar empezaron a oír gritos, llantos y lamentos a altas horas de la madrugada, por el pequeño poblado se empezó a correr el rumor que los gritos y llantos se trataban de un niño, posible fruto del cura y de una de las monjas al cual el cura pudo haber matado antes de quitarse la vida en el altar de la iglesia. Y ya menos conocida pero que tambien inspira a los amantes del misterios es la de la pareja de novios que aparecen y desaparecen por las calles del pueblo y en la iglesia ya que se cuenta por internet que esta pareja tras contraer matrimonio en el pueblo fallecieron en su noche de bodas.




Pero que sabemos de verdad en la historia del Alamín ? Sabemos que el pueblo fue ordenado construir por: don Juan Claudio Güell y Churruca, conde de Ruiseñada. En 1956, Aunque por su repentino fallecimiento fue su hijo don Juan Alfonso Güell, Marques de Comillas quien figuro como propietario del poblado del Alamín.    Construido en cuadriculas, consta de tres calles paralelas, dos perpendiculares y una plaza con una fuente octogonal en medio.  las casas de tipo serrana construidas en piedra y teja solariega podían ser de una planta con porche de entrada, o de dos plantas con desván para familias numerosas, constaban todas de un pequeño patio trasero donde cultivar o poder tener pequeños animales como gallinas o cerdos.  El final del pueblo empieza en los albores de 1996, en que la agricultura hacia años que había dejado de ser rentable y los vecinos empezaron a preferir vivir en poblaciones con mas servicios como cine, ambulatorio, instituto y mejor comunicados que el pequeño poblado del Alamín. La desaparición definitiva sucedió en el año 2.000 en que las reparticiones entre los herederos del Marques dividieron sus propiedades y acabaron con la explotación de sus campos de cultivo, obligando a sus vecino a irse al cercano pueblo de Villar del Prado.


  Vista aérea del poblado del Alamín




 
















    En el lugar con cerca de 40 casas estaba dotado de servicios como bar, escuela, casa del medico, para dar servicio a sus habitantes que trabajan en la finca cultivando los campos o cuidando de la ganadería del marques. Al cual pertenecían  tanto los terrenos como muebles, tan solo los habitantes tenían que pagar la luz que gastaban. Una vez se jubilaban debían abandonar el pueblo y dejar su casa para la siguiente familia de jornaleros. La vida allí cuentan los antiguos vecinos que vivieron en sus casas que era tranquila: se trabajaba mucho y tan solo había tiempo para alguna partida al mus en el bar. También lamentan la fama que se le esta dando al lugar ya que aseguran que allí jamas paso nada y les da pena ver como cada finde semana el pueblo es visitado por gentes para jugar al paint ball  y amantes de misterio en busca de una foto o para realizar algún tipo de rito satánico. 
   Nosotros tras investigar un poco el lugar decidimos que la mejor hora para poderlo visitar seria de madrugada y así aún de noche llegamos al poblado con la esperanza de no encontrarnos con grupos de jóvenes haciendo botellón o alguna rave. afortunadamente en el poblado no había nadie y el lugar entre la oscuridad, el silbar de la maleza y la sensación de abandono durante años del lugar no nos dejaba dudas de que íbamos a disfrutar recorriendo sus calles, entrando en las viviendas y fotografiando cada rinconcito que un día fue el hogar de cientos de personas pudiendo poder recorrer y explorar el pueblo pudiendo escuchar cualquier ruido o lamento extraño. que por desgracia no oímos tan solo los gritos y la música del coche de unos chavales de fiesta que llegaron  con la intención de terminar la noche allí y que al ver que nos encontrabamos en el lugar decidieron irse al rato de llegar.


































   Parada obligatoria era la iglesia, impresionante con su torre dominando todo el pueblo, un silencio extraño en su interior ni pájaros ni el tradicional ruido de la noche parecía permanecer allí. estuvimos en el altar, donde cuenta la leyenda que se casaron los novios, y en que dicen que el cura apareció ahorcado









El bar donde se reunía la gente del pueblo, y que se ubica en el numero 1 de la calle principal justo enfrente de la iglesia. y en el cual todavía aunque pocas podemos encontrar botellas abandonadas de principios y mediados de los 90







   visitamos la antigua escuela con tres grandes aulas, y esos grandes ventanales que permitían que entrara la luz del sol, cuantos estudiantes habrían pasado por sus aulas de 5 a 14 años...










Vista de la escuela desde la torre de la iglesia


    Ya se iba abriendo paso el día y los primeros rayos de sol  iluminaban las salas y habitaciones del pueblo, atrás queda el comienzo de la exploración casa por casa con la sola luz de las linternas y esa sensación de sentir que detrás de cada puerta hay una persona o animal,  los ruidos de las ventanas al abrirse o cerrarse, el crujir de la madera, y el sonido de los animales en la lejanía. o incluso lo que parecia ser portazos o golpes a lo lejos nos proporcionan ese toque de adrenalina que le da vida  a este hobbie.





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Publicado el 14 de Agosto 2014